Dragones de oro con aliento a jazmín,
rondan la manzana del Edén,
custodiada por la inseguridad
de una experiencia trasnochada y solitaria.
Ánimo que crece inocente,
idealizando pasiones soñadas mil y una noches.
Abanicos sofocan la llama interna del amor,
tejiendo un vaivén de telarañas.
Enlace extraordinario de espiritus,
almas de exigua ambición
tactos,susurros,anhelos,
curvas,aromas,confesiones,
arroyos de ternura, cristalina calma de deseo,
combate el vértigo,
se relame en melaza de hierba húmeda.
Cosecha otoñal , lógica chorrez ...